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Villa García: única Zona Típica de La Araucanía y su potencial por descubrir

Ubicada en la ruta de acceso al Parque Nacional Conguillío, en la comuna de Cunco, Villa García es mucho más que un conjunto arquitectónico rural. Construida entre 1965 y 1969 por el religioso capuchino Bernabé Gutknecht, junto a la comunidad local, esta villa representa una valiosa expresión del Chile de fines de los años 60, tanto en su dimensión material como inmaterial.

El conjunto está compuesto por 24 viviendas, una capilla, una escuela con internado, una posta, una sede social y un galpón. Un ejemplo claro de planificación rural comunitaria con fuerte sentido social y espiritual. Su relevancia patrimonial fue reconocida oficialmente en 2015, cuando el Consejo de Monumentos Nacionales la declaró Zona Típica, siendo hasta hoy la única localidad con esta categoría en toda La Araucanía.

La Capilla San Conrado, ubicada en el corazón de Villa García, también fue reconocida como Monumento Nacionalese mismo año, lo que refuerza la importancia arquitectónica y cultural del conjunto. Esta capilla, como parte del legado del Vicariato de La Araucanía (hoy Diócesis de Villarrica), guarda similitudes con otras edificaciones religiosas de la región, como las de Los Ciruelos, Mafil y Metrenco.


Patrimonio que respira

Para la Dra. Andrea Cote, directora de Turismo Sustentable, Villa García es un claro ejemplo de cómo el patrimonio material cobra sentido al estar estrechamente vinculado a elementos inmateriales: memorias, usos, significados y vínculos comunitarios. “Los valores inmateriales son los que nos dan el contenido para comprender la importancia de los elementos materiales”, afirma.

A diferencia de otros sitios patrimoniales que funcionan como museos al aire libre, Villa García sigue siendo una zona habitada, un espacio vivo. Esto implica que cualquier mirada hacia su desarrollo turístico debe considerar no solo su atractivo histórico y arquitectónico, sino también la experiencia cotidiana de quienes aún la habitan.


Entre volcanes, lagos y potencial turístico

La ubicación estratégica de Villa García —en una zona de creciente desarrollo turístico, rodeada de paisajes volcánicos y lacustres— plantea una oportunidad real para convertirla en un punto de interés cultural en la ruta hacia el Parque Nacional Conguillío. Sin embargo, como señala la Dra. Cote, el potencial turístico no debe medirse solo por la belleza del paisaje o la infraestructura, sino por la capacidad de interpretar ese patrimonio de forma respetuosa y sostenible.

La interpretación del patrimonio se vuelve clave para transformar este conjunto en una oferta turística cultural genuina. Esto incluye aspectos como la accesibilidad, la disposición de la comunidad local, la disponibilidad de información, y, sobre todo, la incorporación de la voz de los habitantes en el proceso.

“Villa García no puede convertirse en un lugar turístico a costa de sus propios residentes”, advierte Cote. “Debemos evitar procesos de gentrificación que expulsen a las familias históricas del lugar. Si el valor del sitio está en su historia viva, entonces su gente debe tener un papel central en cualquier plan de desarrollo”.


Un futuro con memoria

El desafío está en equilibrar el valor patrimonial con el dinamismo de una comunidad que sigue escribiendo su historia. El turismo, bien gestionado, puede ser una herramienta para proteger, difundir y sostener estos espacios. Pero siempre bajo una lógica que respete los tiempos, las voces y las formas de vida de quienes han construido —y aún habitan— este lugar.

Villa García no es solo un sitio para visitar. Es un lugar para comprender.

 

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