Leyenda del Quetrupillán: Eterno enemigo del volcán Villarrica

Al caminar por los serenos bosques que rodean al volcán Quetrupillán, muchos visitantes se sorprenden: ¿dónde está su cráter? A simple vista, cuesta creer que esta montaña sea un volcán, ya que no tiene el clásico cono ni una cima definida, como sus vecinos Villarrica o Lanín. Sin embargo, detrás de esta peculiar forma se esconde una leyenda mapuche llena de fuerza, misticismo y enseñanza.

🌋 Volcanes con espíritu: los Pillanes

En la cosmovisión mapuche, los volcanes no son simples accidentes geográficos. En su interior habitan poderosos espíritus llamados «Pillanes», seres protectores de la tierra, los bosques, el agua y las comunidades. Estos espíritus volcánicos están conectados con la naturaleza y el equilibrio del mundo.

Uno de los pillanes más conocidos es Rucapillán, el espíritu del volcán Villarrica. Se dice que Rucapillán entrega buenos tiempos, inspira sueños, y gobierna con sabiduría y calma. Pero no todos los espíritus eran iguales…

⚔️ El Quetrupillán y su furia

El Quetrupillán, al contrario, era un espíritu más impetuoso y agresivo, cuya fuerza se manifestaba en llamaradas, piedras ardientes y truenos que estremecían la tierra. Durante años, estuvo enfrascado en una eterna batalla contra el Rucapillán. Era una guerra de opuestos: la estrategia y la templanza contra la fuerza bruta.

Mientras el Quetrupillán lanzaba rocas incandescentes, el Rucapillán respondía con fuertes vientos y ráfagas, confiando más en la inteligencia que en el poder destructivo.

🌬️ El día en que perdió su cabeza

Fue en una de esas luchas cuando el Quetrupillán, confiado y descuidado, recibió un soplido tan poderoso del Rucapillán que este logró arrancarle la cima. Desde entonces, el Quetrupillán perdió su característica forma volcánica. Su cráter desapareció. Su corona de orgullo quedó en la nada.

Desde ese momento, se dice que el volcán se llenó de silencio. Dejó de hacer erupción. Se volvió bosque, calma y niebla. Y todo por la vergüenza de haber perdido una batalla que creía tener ganada.

🌲 Hoy: un volcán lleno de vida

Hoy, el Quetrupillán está rodeado de vegetación, senderos y árboles centenarios. Su forma irregular y su cima aplanada le dan un aire misterioso. Pero quienes conocen la leyenda saben que no es casualidad. Es la huella de una historia ancestral, donde la tierra, el fuego y el viento hablan su propio idioma.

Caminar por sus senderos es más que una excursión. Es una oportunidad de escuchar el silencio de un volcán que alguna vez rugió, y que hoy duerme en paz… sin cabeza, pero lleno de historia.

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