Mamuil Malal, cuyo nombre en mapudungun significa «corral de madera o cerco», no es solo un paso fronterizo entre Chile y Argentina: es también un punto de encuentro entre culturas, historia y espiritualidad, enclavado en plena cordillera de Los Andes.
Cada día, este paso internacional abre sus caminos para que viajeros, autos y camiones crucen desde La Araucanía hacia la provincia de Neuquén y viceversa. Pero Mamuil Malal guarda más que un tránsito de frontera: es un símbolo de paz entre dos pueblos.
✝️ Un Cristo tallado para la historia
A un costado del paso, se conserva una figura de Cristo tallada en madera, obra del misionero franciscano chileno Francisco Valdés Subercaseux, también conocido como el Padre Pancho. Su legado va más allá de lo espiritual: durante la tensa crisis diplomática entre Chile y Argentina en 1978, su mediación y visión cristiana ayudaron a evitar un conflicto armado.
Hoy, esa imagen tallada en madera se mantiene como testimonio de reconciliación, y cada marzo se reúnen religiosos de ambos países a sus pies, en un emotivo acto que recuerda el valor del diálogo y la fraternidad.
Las obras del Padre Pancho están resguardadas en la Casa Museo que lleva su nombre en Pucón, un espacio donde se puede conocer más de su labor y de su influencia en la historia reciente del sur de Chile.
🏞️ Un paisaje que parece postal navideña
La ruta hacia Mamuil Malal está rodeada de araucarias, montañas y un clima cordillerano que en invierno y parte del otoño tiñe la zona de blanco. La nieve en la cumbre de los Andes regala postales que recuerdan a la Navidad, transformando el trayecto en una experiencia mágica, especialmente para quienes buscan reconectar con la naturaleza.
Desde el lado chileno, el primer pueblo que recibe al visitante es Curarrehue, una comuna profundamente ligada al mundo mapuche y la cultura de montaña. Cruzando la frontera, lo primero que aparece es Junín de los Andes, en la provincia argentina de Neuquén, donde también se respira identidad y tradición.
🌿 Un lugar que une, inspira y recuerda
Mamuil Malal es más que un paso entre países: es un punto de encuentro entre personas, entre la historia y la fe, entre la naturaleza y el respeto. Un lugar que representa lo mejor de la frontera: la posibilidad de cruzar sin dividir.