Un reciente informe de la Contraloría ha vuelto a poner en el ojo del huracán a dos hospitales de la región de La Araucanía, tras confirmar graves irregularidades en el acceso a procedimientos quirúrgicos. La investigación destapó que más de 300 funcionarios de estos centros de salud habrían sido intervenidos en plazos considerablemente menores a los de un paciente común.
El Hospital Doctor Hernán Henríquez Aravena de Temuco, el principal recinto de alta complejidad de la región, se encuentra en el centro de la polémica. El informe N° 428/2024 reveló inconsistencias entre sus registros internos y los datos reportados en el Sistema de Gestión de Tiempos de Espera (Sigte), con un total de 3.852 casos observados. Esta alarmante brecha en el control y trazabilidad de la información clínica genera serias dudas sobre la gestión de los recursos y la equidad en el acceso a la salud.
Pero la situación más preocupante se vive en el Hospital Doctor Mauricio Heyermann Torres de Angol. El informe 554/2024 reveló la ausencia de respaldos adecuados que justifiquen los criterios médicos para seleccionar e incorporar pacientes a la tabla quirúrgica. Además, se registraron 359 intervenciones quirúrgicas a funcionarios que accedieron al pabellón en un plazo menor al promedio general por especialidad, lo que levanta sospechas sobre posibles tratos preferenciales en un sistema ya tensionado por la alta demanda y la limitada disponibilidad de recursos.
Ante esta situación, la Contraloría ha instado a los servicios de salud a reforzar sus mecanismos de control interno, asegurar el respaldo documental de las decisiones clínicas y mejorar la integración entre los sistemas informáticos locales y las plataformas nacionales como el Sigte.
Si bien el Servicio de Salud Araucanía Sur asegura haber subsanado los problemas detectados, los sumarios en curso en el Hospital de Angol demuestran que la investigación aún no ha concluido. ¿Se está garantizando la igualdad de acceso a la salud para todos los ciudadanos de La Araucanía? La Contraloría ha puesto el dedo en la llaga, y la respuesta a esta pregunta sigue siendo incierta.
